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NOTA EDITORIAL °45

Por Luisa Chauta | Practicante de Ing. agroecología

NOTA EDITORIAL °45

La categoría de agricultura familiar tiene sus orígenes hacia los años 70 de trabajo alrededor de lo que implica la economía campesina y desde allí la necesidad de poder comprender mucho más allá, como se configura en términos de la estructura social, productiva y de gestión que desarrolla la familia para generar unas condiciones de economía ecológica apoyándose de la agricultura urbana.
En este campo es importante identificar que es necesario comprender elementos de carácter social que configuran la familia, la forma de trabajo y la manera como estas obtienen sus medios de vida a partir del trabajo agropecuario o agrícola de ahí la agricultura urbana permite generar relaciones con un entorno sociocultural particular que generar condiciones de intercambio de productos, servicios y bienes que son de carácter agrícola complementado con otras series de servicios que permiten configurar somo el sustento cotidiano de las familias.

La agricultura familiar en Colombia, compuesta por campesinos, indígenas, afrocolombianos, pescadores y agricultores urbanos, enfrenta pobreza y abandono, sin políticas que reconozcan sus particularidades. A pesar de esto, es fundamental para la producción de alimentos y tiene un papel clave en la economía. Partiendo de esto en el ámbito urbano se plantean estrategias de Agricultura Urbana que se presenta como una plataforma de desarrollo local y comunitario que busca crear sinergias entre la recuperación de recursos del hábitat y actividades productivas agro-culturales. Esto integra las dimensiones ecológica, económica y social de la sustentabilidad. A través del enfoque del Paisaje, se propone explorar nuevas formas de hacer ciudad, fomentando la conexión entre la recuperación ambiental del espacio urbano y periurbano y la inclusión de grupos sociales en pobreza, aprovechando las potencialidades y aspiraciones de la comunidad local.

El desarrollo de la Agricultura Urbana en diversos contextos ha generado una red global de intercambio de experiencias entre gobiernos, centros de investigación y comunidades. Esta colaboración busca entender cómo la agricultura puede ser una estrategia efectiva de gestión ambiental para enfrentar la pobreza creciente y el deterioro del hábitat urbano.

La agricultura familiar y la agricultura urbana están conectadas por su enfoque en la producción de alimentos a pequeña escala, la sostenibilidad y su impacto en la comunidad. La agricultura familiar y la agricultura urbana a pesar de estar en contextos diferentes se encuentran conectadas por su objetivo en común el cual es aportar una soberanía y seguridad alimentaria garantizándole a comunidades diversas el acceso a alimentos frescos y nutritivos de la misma manera en los dos ámbitos se promueve la sostenibilidad conservando los recursos naturales como el suelo y agua, donde la agricultura urbana ayuda a reutilizar espacios degradados y mejorar el ambiente urbano, esto genera un impacto social y económico creando oportunidades económicas locales, mejorando el sustento familiar fomentando así el tejido comunitario, De la misma manera es importante resaltar que ambas contribuyen a la resiliencia frente a la crisis ambiental, alimentaria o económica. En conjunto, la agricultura familiar y urbana representan alternativas complementarias para un modelo de desarrollo alimentario más equitativo y sostenible, tanto en zonas rurales como urbanas.

REFERENCIAS

Gordillo de Anda, G. (2004). Seguridad alimentaria y agricultura familiar.

Serna Ospina, S., & Angarita Leiton, A. (2023). Agricultura familiar y patios productivos. Organización y participación comunitaria para la gestión administrativa de procesos agroecológicos. Corporación Universitaria Minuto de Dios-UNIMINUTO.

Moreno Flores, O. (2007). Agricultura Urbana: Nuevas Estrategias de Integración Social y Recuperación Ambiental en la Ciudad.

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