Gestión asociada
Planificación Participativa y Gestión Femenina
Por | Clara Stella Juliao Vargas
Directora del centro de trasformación social
Cada vez que hablamos de Gestión Asociada nos enfocamos en procesos donde diversos actores pueden opinar y trabajar colaborativamente en un marco de toma de decisiones conjuntas en beneficio de todos en un territorio determinado, es decir hacemos referencia a la planificación y la gestión participativa como un proceso mediante el cual se buscan tomar decisiones de manera inclusiva, donde todos los participantes en el escenario tienen voz en el diseño, implementación y evaluación de lo que los reúne, este relacionado con un programa o proyecto o en general con una política pública. Este enfoque permite a los participantes expresar sus opiniones libremente así como sus necesidades compartidas y aportar a la identificación de posibles alternativas de solución que son relevantes para ellos, lo que resulta en una mayor apropiación y sostenibilidad de las decisiones tomadas (Pretty 1995), recordemos que las principales características de la planificación-gestión participativa son la Inclusividad (cada actor, independientemente de su estatus o poder, tiene un papel activo en la toma de decisiones), Transparencia (El proceso es abierto y accesible para todos los interesados), Empoderamiento (se proporcionan herramientas para que cada uno pueda participar de manera informada en el proceso de planificación-gestión).
En ese marco, es completamente viable combinar la planificación-gestión participativa con el liderazgo y la gestión femenina pues al hacerlo se trabajaría con un enfoque de liderazgo inclusivo, colaborativo, empático y eficaz. Recalco la necesidad de involucrar a todos los miembros de la comunidad y las organizaciones en los procesos de toma de decisiones, y no olvidemos que la gestión femenina se orienta a facilitar esta participación de manera equitativa y respetuosa (Eagly y Carli, 2003). La gestión femenina, en su mayoría, tiende a valorar las opiniones y perspectivas de los diferentes actores y a fomentar el trabajo en equipo.
La gestión de las mujeres, en general, ha sido más comunicativa por lo que termina, se basa en la cooperación y el consenso, elementos claves de la Gestión Asociada y por estar más inclinadas a fortalecer la igualdad de género y la inclusión social, favorece la vinculación y representación de grupos históricamente marginados en los procesos de planificación y gestión aun aquellos llamados participativos.
Ahora bien, al entender que para la planificación-gestión participativa, se necesita establecer como principios, primero el acceso a la información y la oportunidad de participar, segundo la promoción de la descentralización de poder hasta el nivel local, y tercero la revisión permanente de avances con enfoques reflexivos y evaluativos para ajustar oportunamente el curso de lo actuado, es posible aceptar que la mencionada gestión participativa por parte de las mujeres, aporta significativamente a su implementación y aprovechamiento en beneficio de la población.
Para el efecto hay que dejar de lado el estereotipo del rol pasivo o subordinado, superar la resistencia a igualar la figura femenina y la masculina en contextos de poder y lógicamente facilitar el acceso de mujeres en igualdad de condiciones a las oportunidades y recursos disponibles de capacitación y financiación.
En ultimas lo que intento resaltar es que los procesos de la planificación participativa pueden terminar siendo más eficaces e impactantes si van de la mano de enfoques que cuenten abiertamente con gestión y liderazgo femenino para descubrir nuevas rutas frente al desarrollo social colaborativo.
Referencias:
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Pretty, J. (1995). Participatory Learning for Sustainable Development. World Development, 23(9), 1625-1644.
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Eagly, A. H., & Carli, L. L. (2003). The Female Leadership Advantage: An Evaluation of the Evidence. The Leadership Quarterly, 14(6), 807-834
