LIDERAZGOS CON SENTIDO SOCIAL: REFLEXIONES PARA LAS GESTORAS Y GESTORES SOCIALES DE COLOMBIA
Una mirada sobre la mujer en las elecciones 2023 en Colombia
De acuerdo con el DANE1 , Colombia cuenta con 1.103 municipios registrados, además de 19 áreas no municipalizadas, que en total corresponderían a 1.122 entidades administrativas. El año pasado, se dio lugar a las elecciones locales para asumir las gobernaciones, alcaldías y concejos municipales, asunto que vivimos en medio de contiendas políticas, campañas electorales, encuestas e iniciativas mediáticas por todo el territorio del país y medios de comunicación.
Dentro de lo ocurrido, se destaca que para el período 2024-2027, se dio un aumento del 20% de participación de mujeres en cargos de elección popular. En cuanto a las alcaldesas, éstas representan tan solo un 13%, principalmente en los departamentos de Cundinamarca, Antioquia y Boyacá; además de seis mujeres gobernadoras que, para el período anterior, eran tan solo dos. Ante estas cifras, es preciso analizar cómo ha venido avanzando la ocupación de mujeres en estos cargos de elección popular, pues aún existen territorios del país sin su representación, lo que trae consigo demasiados retos asociados con aumentar la participación de la mujer, los mecanismos para incentivar a las nuevas juventudes para asumir estos compromisos políticos, los nuevos estilos de liderazgo y la ruptura de tradiciones anquilosadas en conflictos de género en algunos territorios nacionales.
El territorio y la gestión social:
Iniciando este año, UNIMINUTO se dio a la tarea de rastrear el panorama de posicionamiento de las nuevas alcaldías, principalmente en aquellos municipios donde existe presencia de la institución. Fue inspirador ver en el Agroparque “Sabio Mutis” de UNIMINUTO en Cundinamarca, entre los municipios de Tena y La Mesa, a las alcaldesas y amigas Carolina Niño y Laura Londoño, quienes empezaron a planear juntas su mandato.
En otros municipios, fueron los señores mandatarios quienes presentaron a sus cónyuges en el rol de gestoras sociales, figura que representa para sus gobiernos la asistencia social en temas prioritarios para los planes de gobierno y la atención dirigida a la población más vulnerable de sus territorios. Es claro anotar que este cargo no es considerado un empleo público y en algunos casos puede ser asumido por otros parientes cercanos a los alcaldes como sus madres, hermanas, hijas, entre otros.
Ahora bien, en las participaciones públicas de los alcaldes, las gestoras sociales estaban allí, en posición de escucha, tomando atenta nota frente a las necesidades de sus comunidades, visitando las familias y barrios de sus municipios. En los encuentros con entidades externas, ellas también se encuentran descifrando las posibles alianzas estratégicas que debían gestionar, manifestando– a veces con voz un poco más silenciosa- su necesidad de aprendizaje permanente frente a su Liderazgo con sentido social.
Así que, atendiendo a la misionalidad e inspiración de las entidades de la Obra El Minuto de Dios, se generó la idea de establecer una primera red de gestoras y gestores sociales, que, de acuerdo con su motivación e interés, pudiesen interactuar y participar en procesos formativos, liderazgos compartidos y la generación de ideas y proyectos de valor agregado.
Esta red que cuenta actualmente con dos nodos (Boyacá y Cundinamarca), está en etapa de alistamiento y se configura como una apuesta orientada desde la innovación y el impacto con sentido social. Participan las gestoras y gestores de: Gobernación de Boyacá; los municipios de Toca, Cómbita, Bélen, Ramiriquí, Santa Rosa de Viterbo, Panqueba, Borbur, Chitaraque, Santana, Ventaquemada, Garagoa, Pachavita, Ráquira, Samacá, Soracá, Viracachá, Paz del Río; así como de los municipios pertenecientes a la provincia de Ubaté en Cundinamarca.
Sobre el quehacer de las gestoras y gestores sociales:
De manera concreta, las gestoras sociales que interactuaron con UNIMINUTO en este inicio de año manifestaron la necesidad de orientar sus acciones a la atención a poblaciones vulnerables de sus municipios, siendo claro focalizar los siguientes temas en su agenda:
1. Capacidades y oportunidades para las mujeres, en términos de atención a las violencias y a la generación de soluciones económicas a través del emprendimiento y la empleabilidad. Allí se destaca el profundo interés sobre casas del cuidado, atención prioritaria y formación permanente.
2. Programas de cuidado dirigidos a la población adulta mayor, dado el vertiginoso crecimiento de esta población y la necesidad de orientar acciones hacia un envejecimiento exitoso. En esa misma vía, se resalta una oportunidad para el acompañamiento a los y las cuidadores de adultos mayores, principalmente en alto deterioro de salud, cuidadores que en su mayoría son mujeres (esposas e hijas), que sin orientación y apoyo, resultan siendo la “pieza esencial” para la calidad de vida de sus parientes.
3. Atención integral al agro y la ruralidad, dada las características del territorio nacional, donde el mayor porcentaje corresponde a territorios rurales, se expresa la necesidad de atender a las poblaciones que viven allí. En lo rural se destacan las líneas asociadas a vivienda digna, soberanía alimentaria, agricultura familiar y nuevos proyectos de vida para que los jóvenes del agro colombiano puedan estudiar, trabajar y quieran quedarse en sus sitios
4. Salud mental, como uno de los grandes retos que arremetieron con mayor fuerza tras la pandemia y que hoy resulta siendo un componente básico y esencial en la atención social.
5. Atención a la diversidad y la inclusión social, este último resulta siendo el más retador de los puntos en las agendas de las gestoras y gestores sociales, porque involucra la participación y armonización de distintas apuestas. Dentro de las categorías de diversidad están las poblaciones más vulneradas, silenciadas y maltratadas, incluyendo en términos de género, edad, condición socioeconómica, salud física y mental, accesibilidad, entre otros.
Este ejercicio de la red de gestores y gestoras sociales es tan solo el inicio de un sueño mayor: un programa nacional de gestoras y gestores sociales que apalanque desde el SER y lo femenino, el desarrollo social integral y sostenible para las personas, las comunidades y sus territorios. Su centro también está en el aprender haciendo, viviendo, sintiendo y sirviendo (tal y como lo ha manifestado UNIMINUTO en su PEI y en los programas de incidencia social que implementa), porque ser gestor y gestora social es un honor en este país, dejó a un lado viejos títulos de poder, como la incómoda denominación de “damas rosadas” que en el pasado se usaba para referirse a mujeres esposas de líderes políticos, empresarios o filántropos.
Así que ser gestor y gestora social desde un liderazgo con sentido, es una tarea que se tendrá que ir delineando, construyendo y sistematizando, implica repensar roles, alcances y dinámicas; es allí como ser mujer y empoderar desde lo femenino, nos vincula sin importar el género, la edad, la condición socioeconómica y cualquier otra forma de exclusión social que persista en nuestra sociedad.